miércoles, 20 de junio de 2007

Mi hamaca


Martes 19 de junio.

Salí de compras y a pagar cuentas. Desde hace días quería una hamaca para ponerla en mi sala (que a futuro lucirá una linda decoración costeña) y éste era el día. Después de "huequiar" como denominamos en buen paisa a ir de compras al sector de sanandresitos llamado El hueco, me dirigí a la calle Junín llegando al parque de Bolívar, a Mi viejo pueblo, un pequeño centro de artesanías al que acostumbro ir. Ya había preguntado por las hamacas y sabía exactamente a qué almacén dirigirme, pero al pasar por el corredor de dicho lugar, vi a mi izquierda otro almacén de hamacas y artesanías indígenas en el que no me había fijado antes. Se encontraba en él sólo un hombre delgado, no muy alto pero tampoco bajo, de tez morena, pelo lacio, de rasgos con una mezcla entre indígena y blanco, en conjunto agradable; al preguntarle por las hamacas no sólo me dijo un precio muy razonable, sino que me atendió con una gran amabilidad, me contó la procedencia y características de los productos que exhibía y me habló un poco de su cultura, la arawak.
Luego de hacer la compra, al despedirme, me miró a los ojos y como si leyera en mi rostro las páginas de un libro, me dijo que se veía que yo era una buena persona pero que se percibía una enorme tristeza en mí, algo que no me dejaba en paz y que debía enfrentarlo para poder llegar a la plenitud.
Salí de allí un poco turbada por sus palabras. Soy, en la mayoría de las ocasiones una mujer muy racional y mientras regresaba a mi casa pensaba en sus palabras; sé que no eran de zalamería, ni de cortejo, ni una estrategia de venta, pues ya había hecho la compra. Tampoco creo en hechicerías ni en embrujos, ni carajadas de esas. Pero sí creo que en el universo ocurren cosas que se escapan al entendimiento o a la razón, que hay personas que pueden ver más allá de lo exterior...
En fin, de cualquier modo me pareció interesante y bonito lo que me ocurrió y cierto o no, pues me puso a reflexionar en el estado de mi vida, en cuál es la ruta de este viaje que no sé hasta dónde llegará, pero que como sea quiero que sea más agradable.

P.D. de cualquier modo este jueves vienen a colgarme la hamaca y eso me hace muy feliz.

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